jueves, 9 de febrero de 2017

El canon de belleza

                 El canon de belleza 


Es el conjunto de aquellas características que una sociedad considera convencionalmente como hermoso o atractivo, sea en una persona u objeto. Es históricamente variable y no es común a las diferentes culturas. Esta belleza del atractivo personal es lo que ha atraído el interés de múltiples pensadores a lo largo de toda la historia.


La evolución  del canon de belleza femenino a través de los tiempos:

Mientras muchas mujeres hacen verdaderos sacrificios con dietas y horas de gimnasio demenciales para entrar y mantenerse en una talla 36 y así ajustarse a los cánones de belleza impuestos por el mundo de la moda, otras muchas han tirado la toalla y sueñan con despertarse algún día en el siglo XVII, donde las mujeres rollizas eran de lo más apetitosas y anheladas. Rubens nos lo dejó bien claro.

Al igual que las modas y las costumbres, el canon de belleza femenina a tenido una marcada evolución a través de los siglos. Hemos pasado de venerar cuerpos regordetes y pieles de porcelana a querer tener la más oscura de las teces cubriendo nada más que un montón de huesos.
Ya desde la prehistoria, los hombres preferían a las mujeres de grandes senos y caderas anchas, puesto que se asociaban a la fertilidad, la abundancia y la capacidad de parir y criar hijos sanos y fuertes.
En el Renacimiento, no hay más que fijarse en las pinturas de los artistas de la época: cuerpos redondeados, manos y pies finos, pechos pequeños y firmes, tez banca y mejillas sonrosadas, labios rojos, cabello rubio y largo, frente despejada y ojos grandes y claros. Modelos de la mujer ideal: La Venus o la Primavera de Boticcelli, la Monalisa de Leonardo DaVinci…
 En el Barroco, se empiezan a estilar cuerpos más rellenitos: caderas más anchas y cintura estrecha, brazos redondeados y carnosos, piel blanca y pechos más llamativos que son resaltados por los corsés. Además, la figura femenina se embellece con las populares pelucas, los perfumes, los lunares postizos o pintados, los corsés de infarto, los encajes… Un dato, la palabra ‘maquillaje’ data de esta época. Modelo de mujer ideal: Las tres Gracias, de Rubens.
Época victoriana, Lo que verdaderamente llama la atención de ésta época es el uso de los corsés para estrechar al máximo la cintura y realzar el busto y las caderas. Estos apretados elementos dejaban sin aliento a muchas mujeres, provocando desmayos o incluso la muerte por la deformación del tórax, que acaba estrujando los órganos vitales. Modelo de mujer ideal: Cualquier mujer con un corsé bien apretado pero que aún estuviera viva.
El siglo XX: El canon de belleza femenina lo marcan las caricaturas del dibujante Charles Gibson. La Gibson Girl es el ejemplo a seguir por las jovencitas de la época: sumisión y obediencia complementado con pechos altos, caderas anchas y nalgas prominentes. Modelo de la mujer ideal: Las Chicas Gibson.
Años1450:La exuberancia femenina se apodera de las pantallas. Curvas marcadas, voluptuosidad, piernas infinitas, huesos bien forrados, cabellos rubios… Pero a su vez, los cuerpos pequeños y delgados –niñas con cuerpo de mujer- tipo Lolita, también causaban furor, aunque era menos público debido a sus connotaciones pedofílicas. Modelo de la mujer ideal: Marilyn Monroe, Sara Montiel… y en el lado opuesto, Hayley Mills, Audrey Hepburn o Sue Lyon en Lolita.
Años 1990: Las mujeres siguen evolucionando en delgadez y pechos grandes y la cirugía estética ayuda a moldear los cuerpos de las que se quedaron en el camino. Grandes o enormes pechos, cuerpos delgadísimos, labios y pómulos prominentes… Asimismo, las mujeres se quedan físicamente estancadas en los treinta y tantos, gracias a las operaciones que estiran la piel para hacer desaparecer las arrugas. Destacan los cabellos oxigenados, las pieles morenas y las prendas que dejan bien poco para la imaginación. Modelo de la mujer ideal: Pamela Anderson, Claudia Shiffer…
Hoy en dia, si creíamos que las mujeres ya no podían estar más delgadas y operadas, estábamos equivocados. Una nueva generación de modelos esqueléticas (empujadas por las grandes firmas y diseñadores de moda) ha plantado un canon de belleza femenina demencial e insano. Señal de que la sociedad está perdiendo la chaveta. Vemos desfilar en pasarelas y posar para revistas a auténticos esqueletos con pulso bajo el pellejo, cuerpos tan delgados que parecen sacados de un campo de concentración nazi. Modelo de mujer idealKate Moss, Angelina Jolie, Megan Fox, Michelle Jenner…

No hay comentarios:

Publicar un comentario